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El paisajista español Ignacio Solano usó la combinación de hasta 6.000 planas diversas en la construcción de un jardín vertical en Uruguay, situado en el edificio Celebra del barrio de Zonamérica. La obra, que mide 250 metros cuadrados de superficie, 52 metros de largo y 4,5 de altura, es todo un ejemplo de arquitectura sostenible.
Las plantas se sostienen y se nutren por medio de un sistema hidropónico que acelera su metabolismo y utiliza una cantidad de agua menor a la que emplearía un jardín convencional. El resultado es un ecosistema que atrapa 130 kilos de polvo al año y genera oxígeno para 250 personas.
La ubicación dentro del edificio es en el patio del subsuelo, cerca de un restaurante que cuenta con vistas privilegiadas al jardín vertical. La estética y filosofía del edificio, sostenible y amigable con el medio ambiente, encaja a la perfección con el recién construido jardín vertical.
