Si el escritor de cuentos Hans Christian Andersen hubiera visitado Alicante en la actualidad, habría inspirado sus famosas habichuelas mágicas en los jardines verticales de Ignacio Solano. Este biólogo alicantino acaba de patentar una fórmula para garantizar el éxito de los jardines verticales, gracias a unas bacterias que descubrió en sus investigaciones en Madagascar.
Estas composiciones de plantas en muros y fachadas se están extendiendo por toda Europa, y ahora han llegado a España de la mano del paisajista Ignacio Solano. Su patente evitará la dificultad de mantenimiento que hasta el momento caracterizaba este tipo de jardines.
Los técnicos de su empresa, Paisajismo Urbano, se encuentran terminando los últimos detalles del primer jardín vertical de la provincia de Alicante, en la sede de una empresa situada en el parque industrial de Torrellano (Elche).
Para tapizar las paredes, Ignacio Solano utiliza más de cien variedades distintas de plantas. Al contrario que en los jardines convencionales, en los jardines verticales las plantas no están enraizadas al suelo, sino que se sostienen unas a otras. Además, los jardines que Solano construye están domotizados, es decir, controlados por ordenador, para que no les falte nada a las plantas en ningún momento.
Otro valor añadido son los beneficios que aportan este tipo de jardines. Actúan como aislante natural, reduciendo el ruido y la temperatura de los edificios. Al estar cubiertos de plantas, generan oxígeno. Y en un contexto laboral se ha demostrado que mejoran el rendimiento de los trabajadores.