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Si bien existen varios estudios basados en modelos predictivos destinados a cuantificar el ahorro energético en climatización y mejorar el confort interior, los resultados experimentales muestran que la efectividad de instalar cubiertas verdes depende no solo de las características del sistema, sino también de las condiciones climáticas del sitio.
De hecho, el estudio del comportamiento térmico de las cubiertas verdes es complejo, debido a que los elementos que la componen interactúan con el medio exterior y modifican sus propiedades térmicas en función del contenido de agua.
Este resultado demuestra que la azotea verde una solución efectiva pero no debe considerarse válida independientemente de la estratigrafía elegida, los materiales utilizados, el entorno climático, las características del edificio.
Los techos verdes tienen un coeficiente de absorción de calor más bajo que los edificios hechos con materiales bituminosos o de hormigón. Esto tiene un impacto importante en el ahorro de energía porque optimiza el uso de energía en los sistemas de calefacción y aire acondicionado.
Las ventajas térmicas están determinadas por la inercia, resultado del efecto combinado de la capacidad de almacenar calor y luego devolverlo lentamente, y la resistencia térmica, la capacidad de transferir calor al interior.
Los techos verdes son capaces de contener las temperaturas superficiales del techo, gracias al proceso de transpiración de las plantas y la evaporación del agua del suelo, y esto afecta el clima interno y externo.
Especialmente en los meses de verano, el techo verde es efectivo para regular la temperatura. El techo es la mayor superficie del edificio expuesta a la luz solar. Un techo tradicional absorbe el calor y se sobrecalienta, lo que hace que aumenten las temperaturas dentro del edificio. La vegetación de la cubierta, por su parte, aprovecha la energía solar incidente para completar el ciclo de evapotranspiración y, por tanto, impide su liberación.
Al mismo tiempo, el calor facilita la evaporación del agua, ayudando a bajar la temperatura. Este comportamiento estival de la cubierta verde reduce la necesidad de aire acondicionado en el interior.
La masa de la capa de crecimiento también se caracteriza por una alta inercia térmica, lo que mejora el rendimiento de la cubierta incluso en invierno, reduciendo la dispersión del calor ambiental y, en consecuencia, el uso de calefacción.
Además, la estratigrafía del techo verde puede incluir una capa de aislamiento térmico que, si se dimensiona correctamente, permite un rendimiento aislante aún mejor.
El techo verde también incide favorablemente en el consumo energético por otro aspecto. De hecho, cuando el techo combina la tecnología de techo verde con la de los sistemas fotovoltaicos, se obtiene una ventaja adicional.
En los meses más cálidos, cuando la radiación solar es máxima, la eficiencia de los módulos fotovoltaicos corre el riesgo de disminuir. De hecho, cuanto mayor es la temperatura de funcionamiento, menos eficientes son los paneles: el sobrecalentamiento tiene un impacto negativo en la eficiencia del sistema.
Es por esto que las cubiertas verdes de Paisajismo Urbano combinado con sistemas fotovoltaicos, al disminuir la temperatura ambiente, también mejora el rendimiento de la planta de producción de energía.